Entrevista a Emilio Subirá

Publicada en el número 5 de la Giralkilla

Cualquiera que sea tu talento, sería un desperdicio si no trataras de aprovecharlo”.

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Emilio Subirá, imagen cedida por el artista

Emilio Subirá (Sevilla, 1980) es un artista que destila la realidad a través de metáforas visuales para enfrentar al espectador a una suerte de bestiario irracional, el cual aparece como la proyección de los elementos psíquicos de una especie de conciencia colectiva. Charlamos con él, en este caluroso verano, para acercarnos al sentido de su trabajo y abordar la complejidad de la esfera del arte, en un momento en que, dedicarse a la creación parece ser una suerte de instinto masoquista.

Carlos de Castro: ¿Qué hay Emilio?, nos conocemos poco, alguna colaboración conjunta para el personaje del Dr. Marte, alguna coincidencia en alguna chapa y mucho intercambio de comentarios en redes sociales. Empecemos la entrevista por lo que compartimos. Creo que ambos, como el resto de nuestra generación, vivimos en un contexto de gran precarización. ¿Cómo valoras esta situación desde la perspectiva de un creador en Sevilla?

Emilio Subirá: Creo que dedicarse al arte nunca ha sido un camino de rosas. Hacerlo en Sevilla, alejándose de la tradición y el barroco menos. Si a eso le sumamos la situación crítica de los últimos años, pues la visión es de incertidumbre. No obstante, como te decía, nunca fue fácil. Apenas he notado la diferencia, puesto que mi carrera se ha desarrollado casi por completo durante la mal llamada “crisis económica”.

CdC: En tus trabajos los personajes parecen deformarse como si la presión externa les obligara a implosionar. ¿Es tu obra una reacción ante una sociedad percibida a modo de amenaza?

ES: No se trata sólo de una cuestión social, eso es un pequeño aspecto de un gran puzzle: la sociedad es nuestra consecuencia. Intento ir más allá, a la raíz, a las contradicciones profundas de nuestra naturaleza humana generadas en el proceso de racionalizar el caos informativo y sus lagunas, las batallas generadas por el creer saber, la pulsión de nuestras emociones, la lucha entre nuestra autocomplacencia, nuestra consciencia, y nuestra búsqueda eterna de auto-aprobación o la aprobación social… Se trata de un intento de síntesis de algo inaprensible, y por tanto, es una reacción, hay presión, hay deformación y hay implosión.

CdC: Tu primera exposición individual se titulaba “Locura Ilegítima”. Me gustaría seguir hablando de la deformación e incluir este tema de la locura. En el Aleph de Borges encontramos un relato titulado ‘El Inmortal’, en él se cuenta la historia de una ciudad de hombres inmortales, los cuales, tras siglos de vivencias habían quedado en un completo estado de inacción, no sin antes haber “deconstruido” su ciudad: los edificios habían sido desmontados, así, las escaleras aparecía del revés, o las cornisas de los tejados abajo. Lo que me interesa es resaltar la locura como primer síntoma de decadencia… como impotencia ante un estado de cosas. ¿Viven tus personajes bajo este estado psicológico?

ES: Sin duda. La mayor paradoja a la que se enfrenta en mi opinión el ser humano es su capacidad de razonamiento, su “inteligencia superior”, sin la cual irónicamente no encontraría paradoja alguna, ni se definiría ningún tipo de ironía en este caso. Nuestra especie se dedica a definir y clasificar desde hace mucho, prácticamente es lo único que sabe hacer, y como la luz señala a la oscuridad, o no se entiende el bien sin nombrar un mal, la razón da lugar indivisiblemente a la locura. Todas mis ideas giran en torno a la irracionalidad, las paradojas existenciales, las incoherencias sociales y demás filosofadas sobre el individuo, su mente y la colectividad.

CdC: Entonces, ¿Son tus personajes personas? En el sentido de tener un universo propio, o todo les viene desde fuera hasta que no pueden más.

ES: Básicamente mis personajes son el resumen de algún tipo de reflexión en la que he andado metido y cuya conclusión apunto en forma de personaje u obra del tipo que sea.

Son así pues, más bien, una faceta puntual del individuo. Posiblemente una generalidad. No son inocentes ni culpables, sólo son circunstanciales, así que no diría que tienen un universo propio sino más bien que son un pequeño pedacito minúsculo de un universo inmenso.

CdC: Eso me gusta de tu trabajo porque señala al Zeitgeist de nuestra época, una especie de pulsión de lo humano por permanecer a pesar de un fuerte impulso disgregador. Es algo que muchas veces ha conseguido la estética expresionista, cuando el contenido y la idea van de la mano. ¿Te sientes ligado a esta estética?

ES: Nunca he tratado de hacer nada que no fuera netamente yo mismo. Desde que empecé este camino sólo he tenido como objetivo plástico el identificarme con la obra que hago a un nivel muy íntimo intentando conservar un impulso antiguo que recuerdo de mi niñez y que fue el que me llevo a crear. Intento sentir ese impulso y reproducir ciertas impresiones. Estás impresiones siempre traen consigo trazos enérgicos y seres dúctiles. Es por esto por lo que mi estética es expresiva supongo, hay mucho dinamismo en lo que quiero representar.

CdC: A veces se te define como pintor y escultor, pero el uso de diferentes técnicas hace que sea muy difícil encasillarte. De todas formas, para mí no es algo relevante, creo que la idea es al final más trascendente que el modo en qué se exprese… No sé, ¿te sientes identificado como pintor? ¿estás de acuerdo conmigo?

ES: Estoy de acuerdo, no es relevante, creo que lo importante realmente es que la forma se adecue al concepto y saber encontrar la técnica más idónea a la idea que estés tratando. Suelo trabajar por periodos alternos en pintura y escultura. En cierto modo casi toda pintura es una escultura por su carácter físico y mis esculturas suelen estar pintadas, cuando no directamente combino ambas disciplinas en obras híbridas, o sea, que en mi caso no puedo definirme como una cosa u otra.

CdC: Me llama la atención como, a pesar de la situación en qué se encuentra la creación plástica, la dinámica de los artistas sigue siendo básicamente la misma. Autoexpresarse, producir obra e intentar moverla dentro del famélico mercado artístico. ¿Por qué no están surgiendo más respuestas colectivas?

ES: El verdadero artista trabaja compulsivamente, su deseo es el de ser capaz de rentabilizar ese impulso, no por afán de lucro, sino porque anhela ganarse la vida con su vocación, su talento, y así no tener que perder tiempo con otras cosas. Cualquiera que sea tu talento, sería un desperdicio si no trataras de aprovecharlo. Un artista no puede, ni debe, hacer otra OBRA que su OBRA y esto ocupa muchísimo tiempo, te lo puedo asegurar. Puedo hablar desde mi experiencia y hacer una crítica sobre lo que me parece mal o lo que veo que no funciona, en una entrevista como ésta. También puedo actuar en consecuencia, llegado el momento, no aceptando condiciones abusivas de galerías o eventos artísticos; pero lo que no voy a hacer es cambiar la orientación de mi obra.

¿Por qué no surgen respuestas colectivas? No sé, es muy complicado, a lo mejor necesitamos un sindicato… (en realidad nos bastaría con más amor propio y cojones).

CdC: Ok. Recuperemos el hilo de hablar sobre tus obras. Me interesan dos cosas, ¿qué estrategias usas para sobrevivir? Y, ¿qué papel para ti juegan la cultura popular y lo underground?

ES: En los últimos años he tratado de acercar mi obra a un público mayor mediante el aumento en mi producción de obra seriada. Intento además llegar al cliente de forma directa e independiente. Las obras únicas originales son inevitablemente caras para el común de los mortales, pero es que no puede ser de otra manera; la clave está en las palabras “obras únicas originales”, de modo que abaratar pasaba inevitablemente por seriar.

En cuanto a lo segundo que preguntas, no me planteo el tema de la cultura popular. Es obvio que es un punto importante en el desarrollo de mi trabajo, pero no es un eje o un objetivo estético en sí. Sin embargo puede que sí lo sea lo underground, me refiero a un objetivo estético, creo que de alguna manera eso sí que lo persigo. Es el punto de lo ‘subversivo’, lo ‘anormal’, lo ‘incorrecto’…

CdC: ¿Qué tramas para después del verano?

ES: Pues estoy ya trabajando en varias exposiciones. Justo después de verano, en octubre, participaré en una exposición colectiva muy interesante de Arttoy, en Donosti. Ésta se basará en historias de horror japonés, organizada por el colectivo Art Toy Gama y comisariada por Fran Picazo, la cual estará enmarcada en el Festival de cine de Fantasia y terror de San Sebastián.

Por otro lado, estoy preparando ya dos individuales para 2017. Una de gran calado, en el centro de arte El Brocense, de la diputación de Cáceres. La segunda será una exposición más modesta, pero igualmente esperada, aquí en Sevilla, en nuestra querida librería/galería Un gato en bicicleta. De momento esto es todo, a falta de algunas otras cosillas por concretar.

Más info http://www.emiliosubira.com/

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